Laguna de Piedra, 14 de octubre de 1959
Srta. Lucía González
Bayamo
Lucía:
Recibe mi saludo amoroso y cristiano mediante esta carta con el deseo de que estés bien. Yo gracias a Dios estoy bien, al igual que mi familia.
Como ves, te escribo desde Laguna de Piedra donde estoy pasando unos días de permiso, pues aunque no pensaba venir ahora, como te había dicho, mamá me mandó a buscar, y fue Luis mi hermano a San Cristóbal el domingo para que yo viniera con él. Helio y Orestes están aquí y esperamos a Luis y Ramona, que mandaron a decir que venían también.
Óyeme, Lucía, me mandas a decir que “cuando ésta llegue a tus manos te sientas bien y feliz” pero cuando la recibí no me sentía muy bien. Después ya me siento mejor, aunque un poco desorientado, porque por tu carta me parece que no estás contenta. Me escribiste poco y no comprendo por qué es que dejas tinta para la próxima. Si estás brava conmigo, dímelo, para que si he cometido alguna falta la enmiende. Creo que si te mandé a decir algo que no te gustó, fue sin querer, pero de todos modos dime lo que es. Mándame a decir también qué fue lo que soñaste conmigo.
Acerca de tus frases no sé por qué insistes tanto en que yo las califique. Te diré que me parecen naturales, además, no te indico que me escribas como a mí me guste, sino como te gusta a ti, pues quiero que tus cartas reflejen tu verdadero carácter.
De mi bigote te digo que ya me estoy acostumbrando a él, pero con todo, si no fuera porque tú me lo pides, no lo soportara.
Mamá te va a escribir en esta oportunidad; yo quiero escribir también a tus padres.
María está bien, vino a la campaña en Artemisa, Cañas y San Cristóbal; ella está esperando carta tuya para escribirte, pues no quiso hacerlo en ésta porque dice que tú eres quién tienes que hacerlo primero. Ella me dio dos pesos para los zapatos y con mil penas fue, pero los cogí, porque me hacían falta.
Escríbeme a Consolación del Sur, porque yo voy el domingo para Paso Real y no tengo otra dirección fija a dónde recibir las cartas, porque todos son pueblos chiquitos.
Bueno, mi amada, si tú dices que tu carta está seca, compárala con ésta, y si guardaste tinta para la otra, yo la ahorre toda, pero lo creas que es por venganza, sino porque aquí no tengo, y la que tenía la pluma se acabó al comenzar la carta.
Oye, mis tías solteras leyeron tu carta; dicen que para ver qué tal escribes. Muchos me preguntan cuando nos casamos ¿qué les contesto?
Sin más ahora, sabes te quiere tu novio,
Ventura Luis
P.D. Recuerdos a todos
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